Hace unos días fui a visitar a mis padres a mi ciudad natal. Siguen viviendo en su pequeño piso en Granada. Viven en una localidad pequeña pero muy agradable. Toda la gente se conoce. Es como una pequeña familia. Allí pude volver a reencontrarme con algunos vecinos y viejos amigos de la infancia. Descubrí que uno de mis mejores amigos tenía un nuevo compañero, un perro raza dálmata. Me dijo que era un perro que había adoptado a través de una página web.
Me parece una estupenda idea, puesto que muchas personas abandonan a sus mascotas durante sus vacaciones o los usan para actividades lucrativas. Esta es una maravillosa manera de tratar a un noble animal como se merece.